viernes, 19 de noviembre de 2010

ENTREVISTA PARA FM 95.5, RADIO DEL ISER, EN LA SEMANA DEL MILITANTE


1 CÓMO ERA LA PERSONALIDAD DE MARÍA CLAUDIA, ANHELOS, SUEÑOS

Nuestros padres nos estimularon la imaginación desde muy temprano. Acaso hayamos tenido la fortuna de pertenecer a una de las últimas generaciones de pibes a las que se le contaron cuentos, y eso contribuyó mucho a fomentar nuestro pensamiento abstracto, a permitirnos asomar a los infrarrojos y ultravioletas del espectro vital. María Claudia creció como una niña muy curiosa, y con un enorme sentido del humor. Si tuviera que caracterizarla eligiendo un solo adjetivo, diría “divertida”. Nunca jugué tanto como lo hice con ella (y conste que lo que más me gusta es jugar). Ni bien fue posible la convertí en el hermano varón que nunca tuve. No sé porqué, pero se avino a encarnar personajes imaginarios que aún habitan mi memoria como una mitología individual verdaderamente deslumbrante: El luchador de catch Camilo Vergoña, el loco prófugo Owen Chiquituni - a quien hoy debo mi apelativo militante -, el insidioso vendedor Pancraciút, y muchos más.

Durante la pubertad la acomplejó un poco cierta tendencia a la obesidad heredada de mi madre, pero se ocupó de combatirla estoicamente y llegó a la adolescencia como una chica espigada, de “ojos glaucos” - al decir de un compañero -, entonces se puso de novia con un flaco medio hippie llamado Roberto, que llegó a amarla mucho. Dejo constancia de que mi hermana pasó por la vida conociendo visceralmente el amor. Paterno, fraterno, militante, y de varón.

Le encantaba intercambiar sobre política nacional e internacional. Cuando vimos el imperdible documental de Gerardo Vallejo “El camino hacia la muerte del viejo Reales” se le llenaron los ojos de lágrimas y el corazón de furia. Necesitaba vivir en un mundo diferente al que aún padecemos. Y, como tant@s otr@s argentin@s de bien fue en busca de eso. Durante su breve y luminosa vida le dio mucho dolor de cabeza a los canallas.


2 QUÉ OPINA DE LA PARTICIPACIÓN JUVENIL ACTUAL


Resulta incontrastable que hay un importante auge de la participación juvenil, a distancia de las últimas secuelas del terrorismo ideológico. Yo abogo porque la canonización del setentismo no los convierta en "jóvenes viejos". Tuvimos muchos aspectos rescatables, y otros que deben ponerse en cuestión. Sin pasar por alto el legado de autogestión y horizontalidad que nos legó el 2001. El poder popular organizado no se construye exclusivamente desde el Estado, como propone el paradigma demo-liberal electoralista. También desde la comunidad. Y ahí reside su mayor garantía de irreversibilidad.


3 SE ACUERDA DE ALGÚN COMPAÑERO DE MILITANCIA DE ELLA

Para María Claudia la más alta dimensión de la amistad cabía en un nombre y un apellido (que deseo homenajear): Fabiana Larrea, hija de militantes peronistas y activista de la UES. Era su alter ego, lo compartían todo. Esa mujer, que también dedicó su vida a bregar por la Justicia Social, falleció hace un año o dos por una mala praxis. Pero acaba de resucitar en esta entrevista.

4 POR QUÉ CREE QUE LA PLATA FUE UN PUNTO NEURÁLGICO EN ESA ÉPOCA

Mi ciudad natal tiene un perfil administrativo y universitario, y este último detalle suele colmarla de jóvenes. Hacia la segunda mitad de los 70s su desarrollo militante era notable. Por entonces, la radicalización ideológica del movimiento estudiantil secundario produjo la conquista de un boleto estudiantil más económico para los sectores de escasos recursos. La osadía no podía quedar impune a los ojos de la restauración oligárquica que asaltó el poder en 1976. Y el escarmiento ejemplarizador fue llamado Noche de los Lápices, un hecho equivalente a clavar durante el Siglo XIX la cabeza del caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza en una pica de la Plaza de Olta para amedrentar a la montonera federal. Pero, como es público y notorio, ese crimen no eliminó a los montoneros de la historia nacional, sino que volvieron con más bríos en la segunda mitad del Siglo XX. Y puedo decir con indisimulable orgullo que, en relación a mi hermana y sus compañer@s, por ejemplo, el miércoles pasado la agrupación que lleva su nombre, junto con la Casa por los DDHH Hermanos Zaragoza, el CTD, y los Jóvenes de la CTA desagraviaron el mural que la recuerda en las paredes de la Facultad de Bellas Artes platense, que venía de ser tachado por provocadores fascistas.

Obviamente, y en honor a la verdad, debo decir que la ideología de los genocidas también caló hondo en ciertos sectores sociales. Sin ir más lejos, durante la primavera de 1985, mientras Héctor Olivera filmaba en nuestra ciudad la historia que venimos repasando, la decana del bachillerato en que estudió mi hermana, profesora Gladys Nethol, recomendó a los estudiantes no colaborar con dicho rodaje si no querían correr la suerte de los estudiantes represaliados. Y en estos días la Jefa de Sastrería del Teatro Argentino, en el marco de una asamblea permanente contra la precarización laboral, sostuvo que los trabajadores de dicho establecimiento “como los chicos de La Noche de los Lápices, se creen que van a cambiar la historia, pero van a terminar igual que ellos”. Ese es un pensamiento inmovilista y macabro al que hay que combatir donde se exprese, porque está sobradamente probado que sin lucha no hay derechos regalados.

5 CREE QUE SU HERMANA FUE SECUESTRADA SIMPLEMENTE POR EL RECLAMO DEL BOLETO ESTUDIANTIL

Yo nunca adherí a la versión - digna de “Casi Ángeles” - de “la estudiantina alegre e inocente”, que constituye el relato hegemónico sobre La Noche de los Lápices. Más bien la combato en cuanto foro logro expresarme. Mi hermana era culpable. En todo caso, de estar enamorada de la Justicia Social. Eso la llevó, como a muchos jóvenes provenientes de familias peronistas, a adherir oportunamente a los postulados de la organización político militar Montoneros. Aunque en sitios web de los servicios de inteligencia me vivan escrachando por sostenerlo, o amigos de Cecilia Pando como la abogada Victoria Villaruel lo haga en su libro distribuido esta semana, me planto en la convicción de que, cuando la historia lo requirió, ser montoneros fue el orgullo más grande que tuvimos.-

19/11/2010