El 29 de julio de 1966 se produjo la triste Noche de los Bastones Largos, en la que la Policía Federal intervenida por la dictadura de Onganía desalojó a golpes a estudiantes, graduados y docentes de la UBA, quienes se oponían a la anulación del cogobierno universitario. Eso provocó la emigración de más de 300 académicos con la que se inauguró la fuga de cerebros de nuestro país. Hoy, gracias a la voluntad política, Argentina crea 9 universidades y repatria a más de 800 científicos e investigadores, proceso del cual todos deberíamos estar orgullosos.
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