martes, 10 de diciembre de 2013

30 años de democracia


Cumplir 30 años ininterrumpidos de democracia en un país de historia tan convulsionada como nuestra querida Argentina no es poca cosa. Cada vez que el pueblo expresaba su voluntad mayoritaria en las urnas debía resignarse, en pocos años, a ver sus esperanzas aplastadas por las fuerzas reaccionarias -vernáculas y foráneas- contrarias al desarrollo material y espiritual de la Nación. Las armas de los miserables fueron diversas: elitismo, fraude, proscripción, hasta llegar a la prosaica dictadura, avasalladora de nuestros derechos civiles, sociales y políticos.

Pero volvimos. Contra los pronósticos de los hambreadores, entreguistas y genocidas, volvimos. Y elegimos. En 1983 sepultamos al autoritarismo y comenzamos a juzgar a los autoritarios. Pero aún faltaba mucho: era necesario romper definitivamente con el régimen de exclusión y vaciamiento existentes, porque el requisito indispensable de una verdadera democracia es la vigencia de la máxima “paz, pan y trabajo”. La languidez de los ’80 dio paso a la debacle de los ’90: el país se derrumbaba bajo una lluvia de papel picado y consumismo egoísta. La pueblada de 2001 puso fin a la espiral descendente y despejó el camino para el proceso de reconstrucción iniciado hace 10 años, con la recuperación de la política como herramienta de transformación social convertida en emblema de esta etapa.

Por eso, desde La Falcone celebramos esta nueva oportunidad de ejercer el voto que tenemos los argentinos, que no se reduce al simple acto administrativo de depositar boletas en una urna: se trata de elegir en libertad, sin temor a la represalia, el proyecto de país que queremos; y de confiar en la posibilidad de construirlo en forma colectiva. Sólo así podremos plantear los desafíos del futuro e imaginar respuestas para las demandas de la comunidad desde la lógica de la participación, la movilización, la representación y la inclusión social. Vaya, pues, nuestra gratitud hacia quienes sacrificaron su propia vida para permitirnos vivir este momento.

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