A 161
años del fallecimiento del Libertador don José de San Martín es válido
recordarlo a través de los pequeños hechos, los cotidianos, que son en última
instancia los que definen la personalidad.
Cuenta la
historia que en ocasión de prepararse el Ejército de los Andes en el campamento
del Plumerillo, San Martín se dispuso a entrar al polvorín, en visita de
inspección, cuando un centinela le cerró el paso. Sorprendido, se identificó
como su General en jefe, pero el soldado mantuvo la actitud, apuntándole con el
fusil y aclarando:
-¡Aquí no
puede entrar nadie con las espuelas puestas!